Beck Weathers: el hombre que «resucitó» en el desastre del Everest de 1996

La biblia dice que Jesús de Nazaret resucitó al tercer día, Beck Weathers también lo hizo, pero no en 3 días sino en cuestión de horas.
A continuación, te contamos esta sorprendente historia de supervivencia y resiliencia de este montañero que fue dado por muerto a 8.000 metros de altura y luego revivió para el asombro de sus compañeros.
Beck Weathers, el hombre que dieron por muerto en la montaña y salió de un coma hipotérmico
La historia de Beck Weathers merece ser contada con detalle y desde el principio. Y es que la aventura de Weathers, nacido el 16 de diciembre de 1946, sirvió para que hicieran un libro (Dado por muerto en 1997) y una película de su historia (Everest, 2015).
Eso sí, el precio que tuvo que pagar fue bastante alto. Perdió algunos dedos de la mano izquierda, toda la mano derecha, pero lo peor fue su cara que quedó totalmente destrozada.
Afortunadamente, le reconstruyeron la nariz usando tejidos de la oreja y otras partes de su cuerpo.

Beck Weathers poco antes de su accidente en el Everest
Pero no adelantemos acontecimientos y sigamos con la historia. Todo comenzó el 10 de mayo de 1996 cuando este patólogo y hombre de negocios decidió viajar al Himalaya en un intento de escalar la montaña más alta del mundo.
Lo que en un principio se suponía que iba a ser un viaje de placer se acabó convirtiendo en una pesadilla. No sólo para Beck Weathers, también para el resto de expediciones que estaban en ese momento en el Everest.
Y es la fortuna no estuvo presente durante dos días, una combinación de malas decisiones, temeridad por parte de los escaladores y una tormenta causó el Desastre del Everest en el que murieron 8 personas.
Inicialmente, Beck Weathers llegó a estar en esta lista de fallecidos, pero su resurrección hizo que lo borraran de este listado. ¿Cómo es posible?
Fue dado por muerto a 8.000 metros de altura y despierta horas después
En mayo de 1996, el guía de montaña Rob Hall llevó a 8 clientes, entre ellos Weathers, a escalar el monte Evererst. En pleno ascenso, el protagonista de nuestra historia se dio cuenta de que la altura le provocaba problemas en la vista.
Se quedó medio ciego como consecuencia de la altura y la sobreexposición a la radiación ultravioleta, cuestiones que no se sabían en ese momento por falta de documentación.
La ceguera que padeció en el ascenso a la cumbre sucedió el 10 de mayo y fue el inicio de los problemas de Beck Weathers.
El montañero que se dio cuenta de que no podía seguir el ritmo de sus compañeros y aconsejado por el resto de miembros de la expedición intentó descender al campo IV.
En ese momento, Weathers pensaba que su vista mejoraría al salir el sol, por lo que decidió esperar en el Balcón por consejo del guía Rob Hall.
Se suponía que al bajar de la ascensión lo acompañarían el resto de montañeros. Sin embargo, el guía Rob Hall falleció al poco de llegar a la cima del Everest provocado por una tormenta que imposibilitó el rescate de sus compañeros.
El mal tiempo provocó que la expedición se perdiera y Weathers quedó solo en la montaña mientras bajaban las temperaturas. El frío y el cansancio hicieron que el montañero entrase en coma hipotérmico.
Al poco de entrar en coma y cuando la tormenta mejoró sus compañeros fueron a ver cómo estaba e intentar rescatarlo. Los montañeros lo encontraron cubierto de nieve de la ventisca y las manos congelados.
Su estado era «fallecido», no respiraba, estaba congelado y lo dieron por muerto. En ese momento, y ante la imposibilidad de mover el cadáver sus compañeros decidieron regresar al campo base y llamaron a la familia de Weathers para decirles que había fallecido.
Los recuerdos de su familia fueron el motivo por el que Beck Weathers «resucitó»
Y aquí viene el misterio. Mientras estaban llamando a su esposa, Beck Weathers los estaba escuchando. Sin embargo, seguía congelado y en coma.
Por lo visto, el recuerdo de su familia y las ganas de volver a ver a sus seres queridos hizo que Beck despertase del coma. Eso sí, la resurrección no fue inmediata y sucedió al poco de que sus compañeros descendiesen al campo base.
Cuando Weathers consiguió reaccionar y volver a la vida descubrió que estaba solo, por lo que descendió montaña abajo sin ver absolutamente nada.
Cuando llegó al campamento base habían pasado 3 días, estaba dado por muerto y no había comido ni bebido en 48 horas. Además, tenía las manos congeladas y su estado era crítico.
En ese estado, abrió la tienda de la expedición y saludo a los miembros de la misma. La sorpresa del grupo fue total. Entre los espectadores estaba la alpinista catalana Araceli Segarra, la primera mujer española en escalar el Everest.
Ella aparece en la película de Everest indicando la X del punto de rescate del helicóptero. Y es que era tal el estado que tuvieron que llamar a un helicóptero para evacuarlo y llevarlo al hospital.

Beck Weathers dando una conferencia motivacional en la que relata su historia
10 operaciones médicas para reparar las lesiones
Tras varias operaciones médicas y más de 10 intervenciones quirúrgicas para reparar su cara. Lo peor fueron las manos y los dedos.
Tuvieron que amputarle el brazo derecho hasta la altura del codo y la mano izquierda nunca fue la misma. Tuvo que adaptarse a una nueva vida.
Su vuelta a la vida o «resurrección» es complicada de explicar desde un punto científico y médico. Los expertos sugieren que los recuerdos de su familia generaron energía en forma de glucosa que le permitieron sobrevivir.
La increíble historia de superación y supervivencia de Beck Weathers fue el origen de un libro y una película.
El libro, titulado Into the Thin Air, se convirtió en un best-seller y fue llevado al cine en 2015 en la película del Everest en la que el protagonista era el actor Josh Brolin haciendo el papel de Weathers.
Cuando se recuperó de las operaciones Beck Weathers cambió su vida por completo, se convirtió en motivador y conferenciante relatando su aventura y aprecio por las segundas oportunidades.
En sus eventos, invita a la gente a sentir gratitud por las cosas más importantes de la vida y a buscar la esperanza frente a las cosas que parecen imposibles.
El ejemplo de Beck Weathers y el desastre del Everest de 1996 quedará grabada en la historia del alpinismo. En ella fallecieron 8 personas, pero una de ellas volvió de la muerte y nadie sabe cómo sucedió.
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